Para evitar posibles violaciones en las leyes de tráfico de información privilegiada y mantener la integridad del mercado, el organismo regulador se ha propuesto adoptar controles aún más estrictos destinadas a cubrir los huecos legales que encuentran los directivos para burlar la vigilancia.
Con la nueva normativa se pretende crear un "entorno seguro" para que ejecutivos y empresas negocien su propio capital como parte de los planes de gestión de cartera anunciados de antemano. Una declaración previa de cómo y cuándo planean realizar sus operaciones por parte de la alta dirección permitirá limitar el riesgo de abuso de información privilegiada.
Entre las medidas que estudia la SEC para ampliar las “Murallas Chinas”, barreras para evitar filtraciones en las empresas, se encuentran fijar un período de reflexión de 120 días para los ejecutivos de la empresa para cualquier plan de gestión de cartera.
Se espera que las nuevas reglas puedan afectar también a los funcionarios de la Reserva Federal de EEUU (Fed). De hecho, según los analistas se trataría de uno de los movimientos más ambiciosos del organismo regulador en décadas y podría llegar incluso a sorprender a Wall Street por su alcance.