Los in­ver­sores se cu­bren de nuevo tras un in­tento de re­bote muy men­ti­roso

La epidemia más contagiosa de 'profit warning' anticipa más dolor en la bolsa europea

Adidas, Telia, Phillips o Fluidra en­señan el duro coste de la ra­len­ti­za­ción eco­nó­mica

Fluidra
Fluidra

Los 'profit war­ning' están en­su­ciando hasta ni­veles in­sos­pe­chados el co­mienzo de la tem­po­rada de re­sul­tados en Europa. Los in­ver­sores que desde la se­gunda parte de la se­mana pa­sada es­taban apos­tando por una ronda de cuentas re­la­ti­va­mente tran­quila se han en­con­trado con un revés en gran parte ines­pe­rado con las úl­timas re­bajas de las es­ti­ma­ciones de em­presas tan em­ble­má­ticas como Adidas o de una 'teleco' como Telia.

Son las últimas expresiones de lo que algunos empiezan a considerar como una auténtica epidemia con una elevada capacidad de contagio. No se trata de episodios aislados cuya explicación deba buscarse en errores groseros de gestión o de cálculo, sino de ‘profit warning’ basados en la debilidad económica general y que se extienden básicamente a todos los sectores de actividad, desde los más ligados al consumo a los modelos más industriales.

El primer gran aviso lo dio hace poco más de 10 días el fabricante holandés de equipos médicos Koninklijke Philips. La acción se desplomó un 12% después de anunciar una dura caída de las ventas por la escasez de ‘chips’. Desde entonces, la cotización no ha podido recuperar ni uno solo de los metros perdidos. Queda claro que los inversores asumen que el problema de suministros se va a extender en el tiempo y que ni los gigantes están a salvo.

Hasta las cervceceras

Pero no hace falta ser muy grande para marcar tendencia en las bolsas. A la sombra de los muy sonados de Adidas o Telia, el ‘profit warning’ de una pequeña cervecera como la danesa Unibrew -recortó el 19 de octubre sus previsiones para todo el ejercicio 2022 por la presión la inflación sobre los costes- ha pasado bastante desapercibido. Pero sí ha tenido un enorme impacto en las grandes cerveceras como Carlsberg y Heineken, que acumularon números rojos en el parqué durante toda la semana pasada.

“Pocas veces se ha visto un efecto contagio tan evidente y rápido, porque lo que estamos viendo es sistémico. Rebajas de previsiones tan agresivas no estaban en absoluto descontadas por el mercado, que empieza a entender que el impacto de la ralentización económica global se está adelantando en el tiempo a máxima velocidad. Lo interpretan como todo un aviso a navegantes”, señala un veterano analista bursátil que cree que habrá más sustos.

El de mayor impacto ha sido el de Adidas, que ha provocado un auténtico 'shock' con un pinchazo muy considerable en China. Pero también sufre una gran acumulación de inventarios, prueba evidente de que está pagando la desaceleración del consumo. La acción se desplomó un casi un 10% el viernes, pero Inditex o Puma también sufrieron grandes caídas del 3% y del 7% respectivamente. Los inversores se cubren de nuevo las espaldas en renta variable tras un intento de rebote muy mentiroso.

"Estamos revisando nuestras estimaciones para el conjunto del mercado, porque parece evidente que lo peor está por llegar. El invierno está a la vuelta de la esquina y por razones obvias como la guerra de Ucrania y la crisis energética le va a sentar mal a casi todo el mundo. Y a eso se suman que Estados Unidos está lejos de relajar el proceso de subida de tipos y el caos político en Reino Unido. ¿Quién da más?", señala un veterano analista.

Efectivamente, hay más cisnes negros que blancos en un momento de mercado extraordinariamente complejo que está rompiendo en pedazos las expectativas de quienes defendían que lo peor ha pasado en las bolsas. ‘Profit warning’ tan duros como el de Fluidra -ha rebajado un 16% la previsión anterior de ‘ebitda’- han hundido más de un 60% su cotización respecto a los máximos históricos de 2021. Pero lejos de reaccionar, el valor sigue exhibiendo debilidad. Otra prueba de que la bolsa vuelve a cotizar sin dudas que viene más dolor.

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