Las em­presas huyen a Turquía, Estados Unidos o China para re­ducir costes

La industria europea busca un salvavidas ante el desafío de la crisis energética

Los cie­rres em­pre­sa­riales afectan no sólo a las si­de­rúr­gi­cas, sino tam­bién a las quí­micas y fa­bri­cantes de fer­ti­li­zantes

Industria bienes equipo.
Industria bienes equipo.

La crisis ener­gé­tica puede arras­trar a Europa a una nueva era, la de la desin­dus­tria­li­za­ción. En los úl­timos meses se están pro­du­ciendo cie­rres de em­presas de toda na­tu­ra­leza, desde in­dus­trias quí­micas hasta com­pañías de fer­ti­li­zan­tes, pa­sando por me­ta­lúr­gicas y si­de­rúr­gi­cas. Mientras los costes de la energía se han lle­gado a mul­ti­plicar por 10, in­dus­trias como las de me­tá­licas (aluminio o hie­rro) se en­cuen­tran contra la es­pada y la pa­red.

Ante la falta de suministros, algunas compañías han decidido trasladar su demanda hacia Turquía, Estados Unidos o China.

Los mayores costes de producción han llevado a muchas empresas a buscar mercados como los de China o EEUU en busca de una oferta que se ha resentido y que está llevando a estas compañías hacia la caída de beneficios en el mejor de los casos.

“Las empresas no solo están reduciendo su uso de energía y continúan como de costumbre. Están cerrando fábricas, reduciéndolas o reubicándose”, señala el diario OilPrice. “Europa bien puede estar en el camino de la desindustrialización”, anuncia este medio por internet.

Hace poco más de un mes, se conocía que el consumo de gas en Europa se había reducido desde un 15% en Francia hasta casi el 40% en Países Bajos. Pero este aparente éxito tiene una contrapartida: el fuerte desafío que representa la situación actual para las empresas industriales. La situación supone un gran reto para la industria del continente.

Las industrias que utilizan gran cantidad de energía, como las químicas o de aluminio, han decidido realizar un traslado de su demanda de energía hacia Estados Unidos, porque el coste del gas proveniente de este país supone la quinta parte del precio establecido por los suministradores actuales.

Impuesto al carbono

Uno de los grandes obstáculos a los que se enfrenta la industria europea es el que supone una estricta regulación. El organismo que vigila las industrias del acero y el aluminio ha propuesto a la Unión Europea que adopte un enfoque gradual sobre el ya conocido como impuesto al carbono de importación. Este mecanismo, el Carbon Boerder Adjustment Mechanism (CBAM) se concibió como una forma de nivelar el campo de juego para las empresas industriales europeas sujetas a una estricta regulación de emisiones que hace que su producción sea más costosa en comparación con la producción de países con estándares de emisiones más laxos”, asegura OilPrice.

Según manifiestan analistas del sector, Europa ha perdido aproximadamente una décima parte de la capacidad de fabricación de acero bruto, según analistas de Jefferies. Las fundiciones de zinc han cerrado o, como mínimo, han reducido la producción. La mitad de la producción de aluminio se ha perdido. En lo que se refiere a los fertilizantes, la escasez de energía ha llevado a la paralización del 70% de las factorías.

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