El selectivo va camino así de cerrar noviembre con subidas superiores al 5 % y tantear sus resistencias en el corto plazo.
Una notable recuperación que de mantenerse en las próximas semanas podría incluso permitir un cierre del ejercicio en positivo. Algo que hace apenas un mes parecía imposible. Una posibilidad que gana fuerza ante el mayor optimismo de los operadores. Aunque los riesgos de recesión aún persisten por la subida de tipos de interés, muchos creen que será menos larga y profunda de lo que se temía en un principio.
En el caso de España, los analistas de Deutsche Bank prevén que la economía cerrará débil el próximo año con un crecimiento de apenas el 0,8 %, muy por debajo de las previsiones del 2,1 % fijadas por el Gobierno, pero con crecimiento al fin y al cabo gracias al repunte de la actividad en la recta final del ejercicio.
Eso permite a la entidad mantenerse moderadamente optimistas respecto a la renta variable en los próximos meses, pero sin olvidar los riegos de caídas en los próximos meses ante la incertidumbre provocada por la ecuación inflación y subidas de tipos. Conviene recordar que a la vuelta de la esquina están la última reunión del año tanto del BCE como de la Reserva Federal.
“La combinación de una estacionalidad positiva, el sentimiento aún cauto de los inversores y una baja exposición a la renta variable podría ampliar el repunte si los datos económicos siguen sorprendiendo al alza y los rendimientos de los bonos soberanos siguen bajando. En general, esperamos que la volatilidad del mercado bursátil siga siendo elevada, ya que la incertidumbre sobre las perspectivas de crecimiento y la respuesta política a la inflación sigue siendo alta”, afirma Diego Jiménez-Albarracín, analista de Deutsche Bank España.
Una opinión con la que parecen coincidir otros operadores al señalar que las actuales valoraciones en el mercado español se encuentran en general muy por debajo de la realidad y, por tanto, se pueden encontrar muy buenas oportunidades con vistas al largo plazo.
Calendario semanal de Bolsa
Los datos de inflación y empleo que se conocerán en los próximos días supondrán una buena piedra de toque para confirmar las expectativas sobre un posible rally navideño que dé continuidad a las subidas de noviembre. Los inversores, sin embargo, no deberán perder de vista un sinfín de indicadores en esta semana que también pueden alterar el positivo rumbo de los mercados.
Hoy lunes, la atención se centrará en el agregado monetario M3 en la zona euro. Este indicador sirve al Banco Central Europeo para medir las presiones inflacionistas y se espera un ligero descenso al 6,2 % desde el dato de septiembre.
En la sesión del martes se espera la tasa de paro en Japón, el IPC en España y Alemania, los índices de sentimiento económico y confianza consumidora en la zona euro y la confianza consumidora y el índice inmobiliario S&P C/Schiller en Estados Unidos
El miércoles, última sesión del mes, se darán a conocer la producción industrial de Japón, el índice de actividad PMI en China, la tasa de paro en Alemania y el IPC de la zona euro. Desde Estados Unidos llegarán la encuesta ADP de empleo privado, la actualización del PIB del tercer trimestre, el Chicago PMI, las viviendas pendientes de venta, el índice de confianza hipotecaria MB y, ya con los mercaos europeos cerrados, el Libro Beige, informe de coyuntura de la economía norteamericana.
Especialmente cargada de citas relevantes se presenta la agenda financiera internacional del jueves, primera sesión del mes de diciembre, marcada sobre todo por las cifras de actividad PMI en las grandes economías mundiales. Además, en Alemania se esperan las ventas al por menor y en Estados Unidos los ingresos y gastos personales, el deflactor de precios y los gastos de construcción. Este día, los operadores también deberán prestar especial atención a la reunión de la OPEP.
La última sesión bursátil de la semana, el viernes, estará condicionada por la balanza comercial en Alemania, los precios de producción en la zona euro, pero sobre todo por el informe de empleo de Estados Unidos. Un mercado laboral que sigue mostrando una notable solidez, pese a la subida de tipos y los riegos de recesión.