Ni siquiera si se tiene en cuenta el sustancioso reparto de dividendo, acumulado en todo ese tiempo, la situación mejora significativamente.
El análisis del sector financiero europeo, publicado en su informe anual de transparencia de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), recién publicado, vuelve a ofrecer una de cal y otra de arena por lo que respecta a la saludad de los bancos españoles. Dicho de forma esquemática, la EBA alerta del deterioro del sector y advierte de que la incertidumbre económica a la que se sigue enfrentando es un hecho.
Morosidad y créditos bajo vigilancia
Ello, pese a que el Gobierno actúa como si no hubiera pasado nada, y trata de transmitir mediante sus portavoces en los medios afines, que es ilógico seguir temiendo una crisis que nunca llega. Pero la realidad es que la Autoridad Bancaria Europea apunta además otros datos preocupantes como son la morosidad y el incremento de los créditos bajo vigilancia especial.
Una de cal y otra de arena. La de arena queda reflejada en que de nuevo, otro año más, la banca española ocupa el vagón de cola de las entidades de la Unión Europea en términos de solvencia. El conjunto de las diez entidades financieras españolas analizadas, logra una ratio de capital ‘CET1 fully loaded’, de los activos ponderados por riesgo, del 12,3% hasta junio de este año. Es el peor de los 26 países analizados.
Peor que Grecia
En este caso, incluso se logra el dudoso honor de relevar a los griegos en este puesto, que sitúa a la banca española casi tres puntos porcentuales por debajo de la media comunitaria, o lo que es lo mismo, es un 15 % peor que la media de nuestros competidores europeos, pese a que también el conjunto del sector ha retrocedido medio punto en los últimos doce meses.
Este deterioro se debe en parte a la decisión de los bancos de volver a retribuir a sus accionistas, ya sea directamente con el reparto de dividendo en efectivo, o a través de una recompras de sus acciones en las que han sido muy activos algunos de los grandes del sector en España.
Esta retribución ha estado eliminada por el Banco Central Europeo durante los primeros meses de la pandemia ante la enorme incertidumbre económica generada para tratar de reforzar la capitalización del sector financiero.
Descenso de la capitalización
El descenso en la capitalización del sector preocupa a los principales organismos internacionales especializados como son el Banco de Pagos Internacionales (BPI) y la EBA, en lo que se da la coincidencia de que sus dos principales ejecutivos son españoles. A ellos hay que añadir el Fondo Monetario Internacional (FMI) que también advertía sobre esta situación en su último informe de estabilidad financiera internacional del pasado mes de octubre.
Les preocupa sobre todo por las dudas que se mantienen sobre como vaya a evolucionar la economía y por los problemas que se puedan derivar en la circulación del crédito tras la decisión de los bancos centrales de aumentar de forma drástica el coste del dinero.
Por ello, si se produjera un escenario muy negativo en el ámbito económico, lo que todavía no debe descartarse según la EBA ante las incertidumbres geopolíticas que siguen planteando por la continuidad de la guerra en Ucrania y la política de covid cero de China, la banca necesitaría un colchón suficientemente amplio para sortear la situación y evitar un eventual incremento de la mora entre las familias y las empresas. Todo para evitar que las dificultades en el sector financiero no se traduzcan en una paralización de la financiación del resto de los sectores económicos.
Por encima de la media, en morosidad
Aunque estamos muy lejos de las cifras de morosidad de los años de la crisis 2007-2008, la media de las entidades españolas analizadas por la EBA está un punto porcentual por encima de la media europea que se sitúa en el 1,8 %, mientras en España, de acuerdo los con datos del Banco de España alcanza el 2,8 %.
En cambio, como ha alertado la propia patronal española se advierten luces preocupantes por lo que concierne a los conocidos como créditos bajo vigilancia especial, los susceptibles de incurrir en un impago en el futuro que ya suman el 9,5% en Europa, siete décimas por encima del dato del mismo mes de 2021 y el nivel más alto desde 2018.
En España ya se observaba a finales de junio que unos 100.000 millones de euros en préstamos estaban en riesgo y pasarían a engrosar el capítulo de susceptibles de incurrir en un impago futuro. Muchos de ellos vinculados a los créditos avalados por el ICO.
Por ello la EBA, como también ha requerido el Gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, los bancos deberían prepararse para un posible deterioro de la calidad de los activos y fortalecer sus sistemas de vigilancia y sus controles.
Cosas positivas
Aunque no todo es negativo en el sector, según el informe comentado con estas advertencias de la Autoridad Bancaria de la EBA, la mejora de la rentabilidad de la banca española habrá que ponerla en observación.
Se trata de una rentabilidad próxima al 10 %, muy por encima de la media del 7,8 % de la UE y todavía más por encima de la rentabilidad que ofrece el sector en Francia o Alemania.
Habrá que esperar para comprender mejor el futuro de la banca española al análisis que realicen en los próximos días los directivos de la sociedad Bolsas y Mercados Españoles con ocasión de la presentación de los resultados del mercado español. Pero BCE, FMI, BIP y Banco de España ya han apuntado que la situación de solvencia del sector financiero español sigue teniendo un amplio margen de mejora, advertencias que ayudan a comprender por qué los inversores internacionales siguen mirando con precaución la evolución del sector financiero español.