Con todo, el nuevo equipo directivo parece haber encarrilado al grupo hacia el punto de equilibrio. Los resultados de su primer semestre fiscal cerrado en agosto así parecen mostrarlo al reducir las pérdidas en cerca de un 75 %, a 2,7 millones de euros. Una sustancial mejora apoyada en el crecimiento de un 27 % de las ventas hasta cerca de 50 millones de euros.
Una cifra significativa en un período complicado por la guerra de Ucrania y la subida disparada de la inflación. Algo que la empresa de moda ha logrado contrarrestar con una estructura más eficiente, optimizando su red comercial, y una mayor rentabilidad gracias a la recuperación de los márgenes.
A esta mejora ha contribuido también la estrategia en e-commerce que le ha permitido ampliar su diversificación geográfica, ya se extiende por cerca de 30 países, con la apertura de nuevos marketplaces. Todo ello hace que Adolfo Domínguez sea cada vez menos dependiente de las promociones.
Una muy buena señal que augura un posible cambio de tendencia en bolsa. Aunque no ha sido un año para tirar cohetes, el valor va camino de salvarlo en positivo. Algo que no pueden decir las grandes empresas del sector, Inditex y H&M, lo que refleja las dificultades que ha presentado este ejercicio para el sector.
La acción de Adolfo Domínguez acumula una revalorización del 3,5 % en una tímida tendencia alcista desde los mínimos del año pasado que, según apuntan los expertos técnicos, tendrá continuidad en los próximos trimestres.