Con un libro sobresuscrito en cerca de 2,5 veces, compuesto por unas 150 órdenes y con una base inversora ampliamente diversificada, se han conseguido mejorar las condiciones de forma significativa, desde las indicaciones iniciales que partían con un diferencial de 115 puntos básicos (pb) se ha reducido en 22 pb hasta fijarlo en 93 bp.
Al mismo tiempo, se ha incrementado sustancialmente el importe desde las indicaciones iniciales de 750 millones de euros hasta el volumen final de 1.000 millones de euros.
Telefónica utilizará los fondos obtenidos para financiar inversiones en proyectos verdes y sociales, que podrán ser de nueva creación o ya finalizados, en este caso con una antigüedad no superior a los dos años, a contar desde la emisión de hoy.
Los proyectos que cubren estos fondos están orientados a la mejora de la eficiencia energética gracias a la transformación de las redes de cobre hacia redes de fibra y al despliegue de la tecnología 5G. Con respecto a los proyectos sociales, la compañía busca destinar financiación a la aceleración del despliegue y mejora de la conectividad de banda ancha en zonas rurales con el objetivo de impulsar la conectividad inclusiva, por un lado, y de estimular el emprendimiento y la generación de empleo, por otro.
Telefónica hará seguimiento del impacto en cada una de las categorías y publicará su resultado en un informe anual auditado. En el caso de los proyectos verdes, la compañía analizará métricas como el consumo de energía por unidad de tráfico (MWh/PB), el ahorro de energía (en MWh) o el volumen de emisiones evitadas (tCO2eq). Con respecto a los proyectos sociales, el análisis de cada categoría puede incluir variables como el porcentaje de población rural conectada con banda ancha, el número de emprendedores, start-ups o pymes apoyados o financiados con estos fondos, o el número estimado de empleos creados.
Con esta emisión, son ya cinco las colocaciones en formato ESG (verdes y sostenibles) que Telefónica ha realizado en los últimos tres años, desde el lanzamiento del primer bono verde de la industria en enero de 2019, y al que siguieron un instrumento híbrido verde (2020) y dos instrumentos híbridos sostenibles, uno en febrero de 2021 y otro en noviembre del mismo año. Asimismo, en enero de 2022, la compañía refinanció su principal crédito sindicado de 5.500 millones de euros bajo criterios medioambientales.