“Hay que cuidar al cliente en un verano excepcional porque la situación es también excepcional. La subida de tipos de 25 puntos básicos del precio oficial del dinero y de la tasa de depósito dentro de tres semanas es sólo el principio en unos mercados histéricos que tienen toda la vista puesta en septiembre, cuando puede venir el golpe de mano definitivo del Banco Central Europeo (BCE) si la inflación sigue fuera de control”, señalan en un gran ‘broker’ nacional.
Con esas cartas sobre la mesa, las firmas de bolsa esperan un verano de alta intensidad, con niveles de volatilidad extraordinarios y todos los frentes abiertos. El estado de salud de Wall Street sigue emitiendo señales preocupantes, los precios continúan desbocados y la guerra de Ucrania sigue en marcha. En realidad, los mercados siguen sentados sobre un enorme polvorín y hay quien cree que todavía hay por delante un ajuste del 20%.
Con dos largos meses de verano por delante en los que cae la actividad y la liquidez se reduce, en los ‘broker’ creen que habrá episodios de alta tensión que tienen que afrontar con los equipos cerca de su capacidad máxima. “Reforzaremos algunas áreas para cubrir las ausencias de julio y agosto, porque estamos seguros de que va a haber lío y también porque habrá oportunidades para hacer buenos beneficios”, aseguran en una de las firmas más activas en operaciones por cuenta propia del mercado español.
Efectivamente, la volatilidad dispara las posibilidades de los intermediarios de hacer importantes plusvalías jugando a corto plazo con su propia cartera. Si el Ibex se ha movido más de 1.700 puntos entre los máximos y los mínimos de 2022 en el primer semestre, en los ‘broker’ están convencidos de que se puede repetir la historia en un momento en el que la situación geopolítica no puede estar más complicada e imprevisible.
Como el futuro de los tipos de interés, que va a mover los mercados a toda velocidad en los tres próximos meses. Hay mucho espacio entre las reuniones del BCE de julio y septiembre. Es en esta última en la que la institución podría apretar el acelerador de los tipos -una subida de 0,50 puntos o quizá más- para defender el objetivo de devolver la inflación al 2%. Se adivina sangre, sudor y lágrimas para acercarse siquiera a esa meta.
Por lo tanto, los mercados entran en el período vacacional por excelencia en un perfecto estado de excepción al que el sector de los intermediarios bursátiles quiere enfrentarse con todas las garantías. Hay posibilidades de generar jugosas comisiones en lo que se presume como un verano loco, sí. Pero también toca dar el mejor servicio al cliente en un momento en el que los inversores necesitan más apoyo que nunca.