Sin embargo, mantener dicha valoración será mucho más difícil después de la sentencia que obliga al grupo a indemnizar a varios trabajadores que enfermaron de silicosis al manipular las piedras de la compañía almeriense. Además, Cosentino no informó de los riesgos y la peligrosidad que conllevaba la manipulación del silestone aunque era conocedor de la situación desde el año 2000. Es un golpe en toda la línea de flotación de la OPV.
"Mucho se habla de cómo Cosentino puede perder el apoyo de cientos de fondos que apoyan los criterios ESG -se calcula que uno de cada ocho a nivel mundial- después del asunto de la silicosis, con un gran impacto reputacional. Pero el problema de fondo va mucho más allá, porque el conjunto de los fondos exigiría ahora a la compañía una rebaja muy fuerte de valoración por los riesgos futuros", señalan en fuentes de la banca de inversión.
Técnicamente, la sentencia deja la salida a bolsa en punto muerto. Ni la empresa ni los banqueros de inversión -JP Morgan y Goldman Sachs son los bancos fichados para sacar adelante la oferta- dan por muerta la operación, pero también queda claro que apenas hay posibilidades de que pueda salir adelante a lo largo de este primer semestre de 2023. Antes, la compañía tendrá que reevaluar el impacto de la sentencia.
Oportunidad de oro
"Se puede estar perdiendo una oportunidad de oro. Los mercados de acciones han registrado un magnífico arranque de año, con subidas de más del 10% en Europa. El momento es perfecto a pesar de que las valoraciones están empezando a ser muy exigentes en bolsa. Todo estaba a favor para la salida a bolsa de Cosentino, que por muchas razones tenía todos los ingredientes para salir bien", señalan fuentes de mercado.
Efectivamente, Cosentino tiene tamaño y pertenece a un sector con pocos representantes en Europa que permitiría diversificar las carteras. Pero antes de afrontar el debut en el parquet, necesitará reelaborar el capítulo de riesgos del folleto. Una tarea que llevará bastante tiempo. La conclusión es que la bolsa española puede perder la operación que a corto plazo le hubiera permitido recuperar un mercado de salidas a bolsa dormido.
Fuentes bursátiles reconocen que se puede estar perdiendo una oportunidad de oro, porque hay muy pocas empresas españolas de alta facturación y con sesgo muy internacional: cerca del 90% de sus 1.400 millones de euros de facturación se generan fuera de la Península Ibérica. El grupo vende en cerca de 120 mercados a través de sus distintas marcas. Silestone, Dekton o Scalea son las más conocidas.
Todo hace indicar que tendrá que esperar la operación que parecía llamada a romper a lo grande la sequía de grandes proporciones que sufre el mercado español de OPV. En los tres últimos años, el parquet español sólo ha disfrutado de seis debuts: Soltec, Ecoener, Línea Directa, Opdenergy y Acciona Energía. Sólo esta última colocación, que valoró la compañía en 8.800 millones de euros, se puede considerar como grande.