A pesar de todo, el grupo de restauración ha mostrado una notable aceleración en el tramo final de 2022 que le ha permitido alcanzar un resultado histórico en ventas. Los ingresos han crecido un 26,2 %, por encima de los 2.400 millones de euros que le ha permitido salvar un mal ejercicio con un beneficio de 1,3 millones de euros frente a los 33 millones de euros contabilizados un año antes pese a la pandemia.
Una caída provocada por el severo impacto de la guerra en Ucrania que le ha obligado a vender su negocio allí por unos 100 millones de euros. A ello se ha unido las fuertes presiones inflacionistas, con un impacto mayor y más prolongado de lo previsto en su modelo de negocio. Y eso que el ejercicio se ha saldado con 109 restaurantes nuevos hasta un total de 2.340 establecimientos.
Una vez superados o amortiguados todos estos condicionantes, la compañía espera un crecimiento más sólido en beneficios este año. Para ello confía plenamente en sus dos pilares de su propuesta de valor basada en la atractiva experiencia de consumo y la excelencia del servicio gracias a un personal muy cualificado y su apuesta por la tecnología.
El mercado, sin embargo, se lo toma con calma un tanto escarmentado con los vaivenes de la compañía a la espera de que la recuperación mostrada en el último trimestre se vea confirmada en esta primera mitad del año 2023. La acción se mantiene en torno a los 4 euros con una caída anual del 4 % y los expertos técnicos no observan señales de que pueda a acercarse, de momento, a sus máximos anuales sobre los 4,3 euros.