Una idea, que se analizaría en la Mesa de Diálogo Social el próximo año y que contemplaría la posibilidad de implantar este nuevo modelo de trabajo de lunes a jueves pero, sin que por ello haya una reducción del salario o bien un incremento de horas laborales en ese tiempo para suplir la jornada de descanso. Sin apoyos en sus primeras horas
Sin embargo, si tras esta propuesta se buscaba atraer talento al territorio vasco (así como facilitar a los trabajadores una conciliación de su vida profesional y personal), lo único que ha logrado en estos primeros días ha sido cosechar el rechazo frontal por parte de buena parte del tejido empresarial de Euskadi agrupado en su asociación patronal.
Y es que desde Confebask ya se han apresurado, apenas 10 horas después del anuncio de Mendia, a dar su opinión sobre esa semana de trabajo de 32 horas en lugar de las 40 actuales. A su juicio, lo importante ahora es buscar "soluciones y compromisos prácticos para hacer frente a la actual coyuntura económica de crisis e incertidumbre", por lo que no cabe debate alguno sobre esta propuesta que llega 60 días después del mismo planteamiento realizado desde Madrid.
Hace dos meses, la ministra Reyes Maroto ya ponía sobre la mesa una medida muy parecida a aplicar en todo el conjunto del país y que añade, además, subvenciones públicas de hasta 200.000 euros.
¿Utopía o realidad en el escenario laboral de Euskadi?
La respuesta de los empresarios vascos a la hora de rechazar este plan va más allá y se encamina en la línea de la peculiaridad del tejido empresarial de Euskadi. A su juicio, cambiar el modelo de semana laboral actual no sería del todo práctico para un territorio sobre todo industrial donde los turnos de producción (a tres por día) de lunes a domingo sin descanso hacen complicado implantar una medida como esta.
Una realidad que tampoco cambia mucho en el caso del sector comercial, donde no se contempla lo de solo abrir 4 días a la semana (sobre todo si tenemos en cuenta que en ese mismo ámbito planea todavía el debate entre detractores y partidarios de abrir los comercios en domingo como ocurre en otras partes del país).
Mismo parecer en el caso de las empresas dedicadas a la última tecnología que abogan más por el teletrabajo y la jornada de 5 días semanales para mantener, a su juicio, el alto volumen de negocio que actualmente tienen y no perder ni en beneficios ni en gastos de personal.